Descubre el secreto: Cómo hacer unas deliciosas galletas caseras con harina y agua hirviendo
|Cuando se trata de disfrutar de una tarde tranquila con una taza de té o café, no hay nada mejor que acompañarla con unas galletas caseras recién hechas. Pero, ¿sabías que con ingredientes tan simples como harina y agua hirviendo puedes crear un dulce perfecto? Así es, no necesitas ingredientes complicados ni técnicas avanzadas para preparar estas galletas que, además de ser fáciles, son deliciosas y perfectas para compartir.
En esta receta, te enseñaremos paso a paso cómo transformar estos humildes ingredientes en un dulce que llenará tu hogar con un aroma irresistible y el corazón de quienes las prueben con dulzura. ¡Manos a la obra!
Ingredientes:
- 2 tazas de harina común.
- 1 taza de agua hirviendo.
- 2 cucharadas de azúcar (opcional para un toque más dulce).
- 1 pizca de sal.
- 50 g de mantequilla o margarina (puedes sustituir por aceite para una versión vegana).
- Azúcar glas o canela para decorar (opcional).
Preparación:
1. Preparar la masa: En un recipiente grande, coloca la harina tamizada junto con la pizca de sal. Si decides añadir azúcar, agrégala en este paso y mezcla bien. Haz un hueco en el centro y vierte el agua hirviendo poco a poco. Mientras lo haces, mezcla con una cuchara de madera para evitar quemarte.
2. Integrar los ingredientes: Una vez que los ingredientes estén un poco más manejables, amasa con tus manos (cuidado, puede estar caliente). Añade la mantequilla o el aceite y continúa amasando hasta obtener una masa suave y homogénea que no se pegue a las manos.
3. Formar las galletas: Precalienta el horno a 180 °C. Divide la masa en pequeñas porciones y dales forma redonda o de tu preferencia. Colócalas en una bandeja para horno previamente engrasada o cubierta con papel pergamino.
4. Hornear: Lleva las galletas al horno y hornea durante 15-20 minutos o hasta que los bordes estén ligeramente dorados. Recuerda vigilarlas, ya que cada horno puede variar.
5. Decorar y disfrutar: Una vez listas, retíralas del horno y déjalas enfriar sobre una rejilla. Para un toque especial, espolvorea azúcar glas, canela, o incluso un poco de chocolate derretido. ¡Y listo! Tienes unas galletas crujientes por fuera y tiernas por dentro, ideales para endulzar cualquier momento.
Un dulce perfecto con poco esfuerzo
Estas galletas son la prueba de que no necesitas mucho para crear algo delicioso y reconfortante. Perfectas para acompañar una merienda, para sorprender a tus invitados o simplemente para darte un gusto. Así que, la próxima vez que quieras algo dulce y rápido, recuerda esta receta y prepárate para disfrutar de un momento lleno de sabor y sencillez. ¡Anímate a probarlas y cuéntanos cómo te quedaron!