Bollitos de carne molida que se derriten: una delicia jugosa y fácil de preparar

En esos días en los que buscas una receta confortable, rápida y deliciosa, los bollitos de carne molida son la opción perfecta. Este plato, además de ser muy práctico, tiene una textura increíblemente suave que se deshace en la boca. Lo mejor es que puedes acompañarlos con cualquier guarnición, desde un puré de papas hasta una ensalada fresca. Si estás buscando sorprender a tu familia con una comida casera y sabrosa, ¡estos bollitos serán tus aliados!

Ingredientes necesarios:

  • 500 gramos de carne molida (puede ser de res o una mezcla con cerdo).
  • 1 huevo para dar cohesión.
  • Pan rallado o miga de pan (50 gramos) para dar estructura.
  • 1 cebolla pequeña finamente picada, ideal para un toque dulce.
  • 1 diente de ajo bien machacado.
  • Sal y pimienta al gusto para potenciar sabores.
  • Perejil fresco picado para un toque aromático.
  • Aceite para freír los bollitos.

Preparación paso a paso:

  1. Preparar la mezcla base:
    En un bol grande, coloca la carne molida y añade el huevo, el pan rallado, la cebolla picada, el ajo y el perejil. Mezcla bien con las manos hasta que todos los ingredientes se integren por completo.
  2. Dar forma a los bollitos:
    Con las manos ligeramente humedecidas, forma pequeñas bolas del tamaño de una nuez. Asegúrate de que queden bien compactas para evitar que se desarmen al cocinar.
  3. Freír los bollitos:
    Calienta suficiente aceite en una sartén a fuego medio. Fríe los bollitos en tandas, dorándolos por todos los lados hasta que estén crujientes por fuera y jugosos por dentro.
  4. Reposo antes de servir:
    Coloca los bollitos fritos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite.

Consejos adicionales:

  • Si deseas una versión más ligera, también puedes cocinar los bollitos al horno a 180°C durante 20 minutos.
  • Acompáñalos con una salsa de tomate casera para realzar el sabor.

Estos bollitos de carne molida son una opción perfecta para cualquier comida del día. **Se derriten en la boca

y encantan a todos, incluso a los más pequeños.** Además, puedes prepararlos con antelación y guardarlos en el refrigerador, facilitando tu día. ¡Pruébalos y disfruta de su suavidad incomparable!