Galletas de la Mañana: El Sabor de la Infancia Que Nunca Olvidarás
|Hay sabores que nos transportan directamente a momentos especiales de nuestra vida, y para mí, las Galletas de la Mañana son uno de ellos. Recuerdo que mi abuela solía prepararlas cuando era niño, llenando la casa con ese aroma dulce y reconfortante que hacía que el día comenzara de la mejor manera posible. Después de años buscando esta receta, por fin la he encontrado, ¡y hoy la comparto contigo! Estas galletas son suaves, ligeramente dulces, y perfectas para acompañar una taza de café o leche. ¡Es hora de revivir esos recuerdos!
Ingredientes:
- 250 g de harina de trigo
- 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 g de azúcar
- 1 huevo grande
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- 1 cucharadita de polvo de hornear
- Una pizca de sal
Instrucciones:
- Preparar la masa: En un bol grande, mezcla la mantequilla con el azúcar hasta obtener una crema suave y homogénea. Añade el huevo y la esencia de vainilla, y continúa batiendo hasta que todo esté bien integrado. Es importante que la mantequilla esté a temperatura ambiente para que sea más fácil trabajar la masa.
- Añadir los ingredientes secos: En otro bol, tamiza la harina junto con el polvo de hornear y la pizca de sal. Añade esta mezcla seca poco a poco a la mezcla de mantequilla y azúcar, integrando bien después de cada adición. Deberías obtener una masa suave y maleable. Si la masa está muy pegajosa, puedes agregar un poco más de harina, pero con cuidado de no excederte.
- Formar las galletas: Precalienta el horno a 180°C. Mientras tanto, divide la masa en pequeñas porciones y dales forma de bolitas. Colócalas en una bandeja para hornear previamente engrasada o forrada con papel de horno. Luego, aplana ligeramente cada bolita con un tenedor o con las manos para darle la forma tradicional de galleta.
- Hornear: Hornea las galletas durante 12-15 minutos o hasta que los bordes estén ligeramente dorados. El centro debe mantenerse suave, ya que al enfriarse se endurecerán un poco más. ¡No te preocupes si no parecen completamente hechas cuando las saques del horno, es parte del truco!
- Enfriar y disfrutar: Deja que las galletas se enfríen en la bandeja durante unos minutos antes de pasarlas a una rejilla para que se enfríen por completo. Este paso es crucial para que las galletas mantengan su forma y textura. Una vez frías, estarán listas para disfrutar.
El toque especial de la abuela
Estas galletas no solo son deliciosas, sino que también tienen un encanto especial: el de los recuerdos familiares. Puedes personalizar la receta añadiendo trocitos de chocolate, pasas, o ralladura de limón para darle un toque diferente, pero si quieres mantener la esencia de la receta original, tal como mi abuela la hacía, te recomiendo seguirla tal cual.
Consejos adicionales:
- Para un extra de crocancia, puedes espolvorear un poco de azúcar sobre las galletas antes de hornearlas.
- Guárdalas en un recipiente hermético para que se mantengan frescas durante varios días.
Con esta receta, no solo estarás preparando unas galletas deliciosas, sino que también estarás trayendo de vuelta esos momentos entrañables que hacen que la cocina sea mucho más que solo comida. Las Galletas de la Mañana son el acompañamiento perfecto para empezar el día con una sonrisa, o para disfrutar en cualquier momento en que necesites un pequeño bocado de nostalgia. ¡Espero que las disfrutes tanto como yo!